La relación entre la velocidad y la inseguridad de la circulación tiene varios aspectos principales:
- La gravedad de un accidente, aumenta con la velocidad con que se produce el impacto del vehículo contra un obstáculo fijo o móvil, o con el suelo en caso de vuelco. Las primeras consecuencias mortales aparecen a partir de una velocidad final de unos 25 km/h para los ocupantes de un vehículo no provistos de cinturón de seguridad y los peatones, y de unos 40 km/h para los ocupantes provistos de cinturón de seguridad; la probabilidad de muerte alcanza un 50% a unos 50-55 km/h para el primer grupo, y a 65 km/h para el segundo. Un choque a 120/h equivale a una caída vertical de 54 metros.
- Con la velocidad aumenta la distancia recorrida por un vehículo mientras su conductor reacciona ante cualquier información relacionada con su tarea de conducir (percepción de un obstáculo y la decisión de esquivarlo o frenar).
- Cuanto mayor sea la velocidad de aproximación a una curva mayor es la inseguridad potencial de ésta.
Factores que afectan a la velocidad
El comportamiento del conductor.
El conductor es el que decide sobre la
velocidad que lleva el vehículo. Esta decisión está influida por
diversos factores, ambientales, características de la vía y del
vehículo; pero también y sobre todo por la personalidad, la actitud, y
los motivos del conductor. Así sabemos que:
- En general, los conductores jóvenes conducen más deprisa que la media.
- Los conductores que llevan pasajeros circulan más despacio que los que conducen solos, sobre todo si son jóvenes.
- Los conductores que realizan un desplazamiento largo tienden a conducir más deprisa que los que lo efectúan corto.
- Algunos estudios sugieren que la velocidad depende en gran manera de la familiaridad del conductor con la carretera.
Las características de la vía.
La
mayoría de los estudios han demostrado que la velocidad aumenta con la
calidad de ésta, tanto en lo relativo al trazado como a la regularidad
superficial de su pavimento y al ruido que perciben. El factor que más
limita la velocidad es la curvatura en planta, por la sensación de
aceleración centrífuga no compensada por el peralte que provoca en el
conductor. Sin embargo, una merma de la visibilidad no suele provocar
una disminución de la velocidad, los conductores asumen más riesgo.
Las características del vehículo.
El tipo y las características del vehículo
influyen en la velocidad, pero no demasiado, a no ser que se combinen
con otros factores relacionados con el trazado, especialmente en alzado.
Las condiciones meteorológicas.
La niebla reduce la visibilidad disponible en términos inciertos, y provoca unas reducciones de la velocidad a veces excesivas.
La lluvia reduce el rozamiento disponible entre el neumático y el pavimento, necesitándose una mayor distancia para detenerse.
Situaciones más peligrosas.
Según determinados estudios el riesgo de
sufrir un accidente cuando se toma una curva a una velocidad incorrecta
se triplica. La configuración del terreno, la nocturnidad, el humo la
vegetación, deslumbramientos ..., unidos todos ellos a una velocidad excesiva incrementa en cerca de un 150% el riego de sufrir un accidente.
Distancia de detención.
Si convertimos los kilómetros por hora a
metros por segundo, tendremos una idea aproximada de la distancia que
recorre un coche en un segundo, que es el tiempo aproximado que
transcurre desde que el cerebro percibe un peligro, envía una orden al
pie, y éste empieza a pisar el pedal del freno. Este tramo, se denomina distancia de reacción, y depende de la rapidez de reflejos del conductor y de la velocidad a la que circula.
La distancia de frenado supone el espacio en el que debe detenerse el vehículo, y éste depende de la velocidad a la que se circula, el tipo de calzada, las condiciones de adherencia del suelo, el estado de los frenos del vehículo, amortiguadores, ... La suma de la distancia de reacción y de la distancia de frenado es lo que se denomina distancia de detención.