El nombre de hemisferios de Magdeburgo viene a recordar la experiencia realizada por su inventor, Otto von Guericke, en 1654 en la ciudad de Magdeburgo ante el emperador Fernando III, con el fin de evidenciar la fuerza ejercida por la presión atmosférica. Cuando se unieron las semiesferas y les fue hecho el vacío dentro, la presión exterior del aire las mantuvo unidas con tanta fuerza que equipos de caballos enganchados a cada semiesfera fueron incapaces de separarlas tras sus inmensos, aunque vanos, esfuerzos. Sin embargo, cuando el aire entró de nuevo en la esfera, éstas se separaron por sí solas.